Una nueva jugada del ex presidente sacude los mercados tecnológicos y vuelve a poner presión sobre la producción global de Apple. El dólar reacciona, China observa y los inversionistas ajustan estrategia.

Una sola frase bastó para sacudir la bolsa asiática: “Podríamos aplicar un impuesto del 25% a cada iPhone no fabricado en Estados Unidos”, dijo Donald Trump. Y aunque aún no es una política oficial, el mensaje fue claro: la guerra comercial está de vuelta en el tablero.

Las consecuencias fueron inmediatas. En la apertura del lunes, Luxshare, proveedor clave de Apple y fabricante de AirPods, cayó un 2,2%. Lens Tech, que produce pantallas, retrocedió un 1,8%, mientras que Goertek, también vinculado a Apple, bajó un 1,1%.

¿Qué está pasando?

Trump no solo apuntó a Apple. También deslizó la posibilidad de aranceles del 50% desde el 1 de junio para productos extranjeros, reactivando la tensión comercial que marcó su primer mandato. Aunque la Casa Blanca había suspendido medidas anteriores para calmar a los mercados, esta nueva amenaza reactiva la incertidumbre global.

Impacto global, reacción inmediata

En abril, los mercados reaccionaron con fuerza tras anuncios similares: ventas masivas de bonos del Tesoro y una caída momentánea del dólar. Hoy, los inversionistas se preguntan si es solo retórica electoral o si vendrá un giro real en la política comercial de Estados Unidos.

Apple mueve sus fichas

Para evitar aranceles y mitigar riesgos, Apple acelera su plan de producción fuera de China, apuntando a que la mayoría de los iPhones vendidos en EE.UU. se fabriquen en India para 2026. Sin embargo, trasladar la producción a EE.UU. no parece viable, al menos por ahora.

Howard Lutnick, secretario de Comercio, explicó que “millones de trabajadores podrían ensamblar iPhones en EE.UU.”, pero que el proceso se automatizaría, generando empleo para técnicos y mecánicos. No obstante, Tim Cook aclaró que aún no existe la tecnología necesaria para una transición inmediata.

Lo que deja esta jugada

• El riesgo país vuelve al centro del análisis global.
• Las empresas tecnológicas deben ajustar sus cadenas de producción.
  
  
• Los mercados financieros reaccionan a la incertidumbre política, no solo a los datos.
  
  
• Y el dólar, como siempre, entra en juego cuando el comercio internacional tiembla.

Conclusión

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